A pesar de no inscribirme en el Symposium, el viaje mereció mucho la pena. Lo primero por los compañeros de viaje (¡¡grandes!!), por descubrir parte de los chulísimos pueblos y rincones de la zona (¡gracias Xavi!), por el ambiente que se generó durante los 3 días de la concentración, por ver los 150 kayaks que navegaron estos días, por lo aprendido hablando con los asistentes y por ver las técnicas de enseñanza de los ponentes, mereció la pena estar allí.
Si todo va bien, en dos años será el próximo Symposium, y también si todo va bien, allí estaré (estaremos) esta vez inscritos y disfrutando de las ponencias en primera línea.
Aquí os dejo unas cuantas fotos de lo visto y vivido allí estos días:
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