Así que hoy he experimentado varias de las dificultades que un novato puede vivir en aguas bravas (más con una de estas piraguas): he volcado (y esquimotado), me ha pillado un rebufo (no muy fuerte, del que he podido salir con un par de apoyos y retropaladas) y, cuando pensaba que ya no me podía pasar nada más...¡¡Me he quedado atascado sobre una piedra!! Jajaja. Bueno, es lo que tiene aprender, y me alegro de haberlo experimentado ya, y todo en un día...a 0º (ni frío ni calor, jeje).
Como nos dijeron cuando empezamos con esto de la piragua en aguas tranquilas y kayak polo: hay dos clases de piragüistas: los que ya han volcado, y los que volcarán. Pues en esto del slalom, desde hoy ya puedo decir que soy de los primeros.
Además, ahora admiro mucho más (si cabe) cosas como estas:
¡Ahí es nada! Bueno, menos mal que no hace falta llegar a estos niveles para disfrutar de las aguas bravas y del slalom. Y por si no os lo había dicho ya...Os recomiendo la escuela del Club Las Grajas de Cuenca para iniciarse a las aguas bravas con seguridad y en un entorno privilegiado. Los cursos son trimestrales...¡¡¡Animarse!!!
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